"Nuestro deseo de saber es nuestra arma para sobrevivir"

Carl Sagan

lunes, 25 de junio de 2012

Teoría del Uno o del Continuo.




“No ves a tu presa.
No tensas tu arco.
No disparas tu flecha.
No atraviesas su corazón.

Eres tu presa.
Eres tu arco.
Eres tu flecha.
Atraviesas tu corazón.”

El cazador cazado.




A continuación, vamos a profundizar en las diversas teorías kormelianas sobre la naturaleza de la realidad, descriptivamente hablando, así como en la ley física principal que las rige. Empezamos por la Teoría del Uno o del Continuo, al igual que las demás parte de la base expuesta en la entrada anterior la cual establece que la realidad es el conjunto de toda la información del universo. Sin embargo,  lo propio de esta teoría es que dicha información es de naturaleza continua, por tanto infinita, de lo que como se verá se deduce es inmutable y atemporal. Efectivamente, si imaginamos una realidad continua la consecuencia más evidente es que no tiene sentido hablar de limites, no solo espacio temporales sino de ningún otro tipo incluyendo los de tipo conceptual. En la física actual, esta realidad continua se asemejaría, aunque como veremos va más allá,  a la concepción de la naturaleza y sus fenómenos en función de campos y ondas en lugar de partículas.  Todo lo existente (toda la información) formaría una inextricable red de datos que constituiría el todo. Este todo tendría, en su conjunto, una única y  fundamental propiedad, la entropía total del mismo sería nula. Es decir es un sistema absolutamente ordenado. Parafraseando a Parmenides conformaría una esfera homogénea, inmutable y atemporal pues no tendría, limites, ni partes.
La esfera representación de la realidad como conjunto de trayectorias sin principio ni fin, homogénea y de forma auto contenida. Parmenides, al igual que los defensores kormelianos de la Teoría del Uno, no pensaba en ella como un volumen sino como un cuerpo geométrico con las citadas características.


En una realidad así no tendrían sentido la mayoría de los conceptos humanos. De hecho, lo único que podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, sería la famosa sentencia que establece: la realidad es. Según este punto  de vista todo lo que vemos, todo lo que sabemos, todo lo que pensamos no es sino una fragmentación ilusoria de la realidad. Y sin embargo, dicha ilusión es obviamente real pues es información y toda la información posible, por definición es real. Todo lo anterior, en la práctica, significaría que la realidad podría describirse como la posibilidad de ser o en palabras de Platón, la idea del ser. Veamos un ejemplo “sencillo” para tratar de esclarecer esos conceptos. Fijémonos en un tipo de números concretos, los números enteros. Éstos forman una sucesión infinita, podemos visualizarlos como una línea que no empieza ni acaba. Vamos a obviar que en matemáticas existen “huecos” entre los números enteros, suponemos que no existen otra clase de números. Por tanto, hay continuidad entre ellos. Para poder imaginar o aprehender este conjunto de números podemos usar expresiones abstractas que  definen sus características o visualizar la citada recta infinita como nos enseñaban en la escuela.  Sin embargo como seres conscientes, de cierta inteligencia, podemos asignar, concretar una existencia independiente a cada uno de los números. Para ello llevamos a cabo una fragmentación de dicha línea (o asignamos unos valores concretos a la expresión abstracta que los define) conformando una nueva realidad posible a partir del continuo expresado por la línea.
Si tomamos esta recta considerándola continua, sin huecos o particiones es obvio que los números enteros no podrían dibujarse sobre la misma. Solo en nuestra mente seguíria teniendo sentido. Así la recta es la realidad total, la partición y los propios números solo  partes de la misma.
Ahora bien, si en lugar de números disponemos de toda la información del universo, asumiendo que esta es infinita, deducimos que en un universo continuo todo la información derivada de una fragmentación del total infinito es real y lo es, en todo momento.Es obvio que eso implica la inmutabilidad de la realidad en su conjunto y por ende, su atemporalidad. La aparente diversidad de la misma derivaría de la inventiva de la consciencia que ilusoriamente fragmentaría la totalidad “creando”, de ese modo,  una o varias subrealidades cuya mayor  o menor coherencia entre sí obedecería  a nuestras necesidades como especie o incluso como individuo. Toda la física derivada de dicha fragmentación sería a su vez real en el ámbito limitado de dicha fragmentación pero ilusoria en el conjunto total por muy convincente que nos pareciera. Podemos definir campos, funciones de onda y diversas magnitudes, tantas como seamos capaces de imaginar y dichos constructos mentales son reales pues recogen una información, captan algo de la realidad pero en el conjunto de la misma dejan de tener sentido. De ese modo y paradójicamente, del absoluto orden surge el desorden, del infinito surge lo finito, de lo inmutable el cambio y de lo atemporal el tiempo. Así, volviendo a los números, esta claro que podemos contar, sumar  y demás con ellos pero en la realidad global, lo que tiene sentido es la línea, no los números,  ni las operaciones que podamos hacer con ellos. Por otro lado, en una realidad continua, no es que todo esté relacionado con todo por misteriosos lazos cósmicos o influencias de campo sino que todo es una misma cosa, un único sistema “regido” en sus partes por la, desde nuestro punto de vista, omnipresente ley del caos. Nosotros entendemos está ley del caos como una cadena, extremadamente compleja, de relaciones causales pero lo cierto es que la realidad, en su conjunto, es ajena a causas, efectos y leyes ya que como hemos dicho es homogénea e inmutable y lo es porque es una única cosa sin limites ni discontinuidades.
La mariposas del caos contemplándose a sí misma.
Las alas de la mariposa no provocan el huracán, son el huracán y éste son las alas de la mariposa. Para terminar y como cuestión aparte, podríamos preguntarnos si esa realidad inmutable e infinita es, en última instancia, incompresible e inaprensible para sí misma, esto parece lo más lógico pues es imposible imaginar alguna forma de conciencia (tal como la entendemos) sin un referente de lo externo o ajeno o por el contrario, como señalan muchas corrientes religiosas, es en verdad omnisciente y omnipresente. El debate resultante de estas dos visiones,  aunque seductor, sigue siendo a día de hoy, como lo fue en Kormelia, una pura cuestión de fe.
La suma de todas las perspectivas ilusorias de la realidad, toda la información posible cuando esta se considera infinita ¿constituría la realidad total?

viernes, 1 de junio de 2012

Almas Perdidas en el Laberinto Cósmico. Tres modelos teóricos de universo según la Antigua Ciencia Kormerliana. Introducción.


“Identificarse con alguna de la teorías fundamentales que tratan de explicar y hacer comprensible la realidad es definirse a uno mismo en lo más esencial, configurando en el proceso, las sendas del intrincado laberinto cósmico en el que todos y cada uno de nosotros vagamos, como almas perdidas entre la duda y la certidumbre, la unidad del continuo y la dualidad del discontinuo, la infinitud de la imaginación y la finitud de las matemáticas, la inmutabilidad del ser y siempre cambiante existir, la eternidad de lo atemporal y lo fugaz del tiempo”
                                                                                                                                              Un exiliado.


A petición de mi compañero exiliado Asmodeus, recojo su testigo filosófico para hablar de la realidad desde un punto de vista más tangible aunque a primera lectura, pueda no parecerlo. Considerando la realidad igual a la suma de toda la información del universo ¿cómo es su verdadera naturaleza, descriptivamente hablando? ¿cuáles son sus principios o fundamentos, físicamente hablando? En Kormelia se barajaban varias posibilidades teóricas, agrupadas en dos grandes corrientes filosófico – científicas. En esta y las próximas dos entradas, trataré de exponerlas de un modo claro y conciso.

¿Es el infinto una caracteristica básica de la realidad?
¿Es la realidad infinita o finita? ¿mutable o inmutable? ¿atemporal o temporal? Es decir ¿la información puede crearse, destruirse, transformarse? ¡Qué preguntas más simples! ¡Qué respuestas más complejas! El sentido común, como expresión del conocimiento adquirido por la experiencia colectiva no tiene dudas al respecto, evidentemente, la realidad es finita, mutable y temporal. Todas las cosas a nuestro alrededor, aún nosotros mismos, se transforman continuamente desde un principio a un final pero ¿qué ocurre si en lugar de pensar en cosas (materia, energía en forma discreta) variamos nuestra perspectiva y tratamos de responder a la pregunta de un modo holístico (toda la materia, toda la energía)? En ese caso, la respuesta ya no es evidente, de hecho, no puede serlo, pues dicha perspectiva está más allá de nuestra experiencia tanto individual como colectiva. Surgen entonces las divergencias de opinión en forma de las distintas creencias ideológicas y religiosas.  La ciencia no es ajena a estas divergencias, no puede serlo aunque les pese a algunos, ya que es también una actividad humana, por tanto, limitada. Así, simplificando,  tenemos “leyes o principios” para tratar con “las cosas” y diversas teorías para tratar con las  creencias. Las citadas “leyes o principios” como la famosa Ley de la Conservación de la Energía, por citar la más relevante, coinciden en sus conclusiones con las de sentido común fruto de nuestra experiencia cotidiana. Por el contrario, teorías como la mecánica cuántica o la relatividad arrojan conclusiones mucho menos coincidentes con aquellas, de hecho, según algunas interpretaciones de las mismas, pueden alcanzarse conclusiones muy distintas. En Kormelia, si bien no se llegó a resolver el enigma al que nos enfrentamos,  éste se elevo a un nuevo y más elevado nivel especulativo. En principio, considerando la realidad en su esencia, esto es como información, parecería no haber lugar a una diferenciación entre la perspectiva  y la escala,  holística y  concreta pero por desgracia, a día de hoy, no podemos afirmar que esto sea cierto. Efectivamente, si todo es información, el análisis de una parte debería ser extensible a la totalidad pero lo que la experiencia y la ciencia  nos demuestran es que el comportamiento y la descripción de las cosas, varía según la perspectiva y escala desde la que realicemos nuestros “experimentos”. No obstante, gracias a está mejor aproximación a la realidad, lo que si nos es posible es “simplificar” nuestras teorías sobre la misma, siendo las dichas teorías capaces de normalizar y describir ámbitos cada vez más globales. 
¿La realidad es continua o discontinua?

Así, en Kormelia, en la cúspide de su desarrollo, antes de la caída, existían tres corrientes o bases teóricas:

1.)    Teorías del Uno o del Continuo. Según éstas, existe una cantidad infinita de información, lo que llevaría aparejado una realidad de naturaleza continua regida por  la tradicional Teoría del Caos. Desde este punto de vista, la realidad sería infinita, inmutable y atemporal. 

2.)    Teorías de la Dualidad o del Discontinuo. Más confortables, humanamente hablando, establecerían lo contrario, una realidad discontinua bajo la  Teoría del Caos Verdadero (Teoría del Discontinuo Infinito) o de la Teoría del Caos (Teoría del Discontinuo Cíclico). Según estas concepciones teóricas, la  realidad sería finita, mutable y temporal.

3.)    Teorías de la Trialidad o del Multiverso. Éstas serían en verdad, una falsa tercera vía que combinarían, en cierta forma, las dos anteriores pero que realmente, deberían considerarse como una forma más compleja de la Teoría del Continuo. En ellas, se definirían unas subrealidades finitas (universos), mutables y temporales, dentro de una realidad infinita (multiverso), inmutable y atemporal.
 
¿Un universo coliflor es posible?
Quiero remarcar que ninguna de estas teorías ha sido probada, de hecho, ni siquiera podemos saber si podrán probarse alguna vez. No obstante, definen el desafío máximo al que puede enfrentarse la conciencia, de cierto nivel, asociada a la inteligencia humana. Con esto doy por terminada esta introducción, en las próximas entradas ahondaré en cada una de las tres  corrientes teóricas presentadas describiendo sus supuestos, fundamentos y conclusiones.

jueves, 12 de abril de 2012

Al Despertar

Al despertar, los monstruos grabados en mis pies, nuestros ojos vacíos fundidos en la claridad del día. En esta jaula de funerales, velan mis días y reposan en mis noches.

Lejos quedan las sombras multicolores y los abismos insondables de mi imaginación siempre soñando con ser libre, con adecuadas respuestas a cada una de las adecuadas preguntas.

Al despertar, inicio las rutinas con las que combato desde que tengo usos y razones, en una inútil guerrilla contra la insaciable ansia de la desaprensiva entropía.

Al despertar, demasiado despierto, seguir soñando es mi mayor prueba de vida. Testarudo planifico el futuro porvenir sobre un tablero que me muestra escenarios que nunca existirán, en un presente ilusorio e inconstante y desde un pasado lleno de torcidos renglones de mentiras.

Al despertar, el grávido cadáver del mundo cae sobre mis hombros, las aves carroñeras e insaciables picotean mis entrañas mientras llueven frutas malolientes y podridas.

Al despertar, comienza la muerte, el crujir de los indiferentes engranajes, los susurros y murmullos, millones de voces en idiomas ininteligibles y, mi inesperado deseo de aullar por la tibia luz de una luna generosa o incluso por un cálido relámpago del humilde sol, resurge, cubriendo con sus invisibles palabras las bóvedas intangibles que unen los pilares sobre nuestras cabezas.

Al despertar, la novedad de lo viejo me hace dudar…y apenas estoy en ello, recuerdo… que no hay un lugar sino un solo y porfiado tiempo donde regresar…

Así que, al despertar…comienza un nuevo día.

lunes, 2 de abril de 2012

Metarealidad Kormeliana

Nos siento en mis recuerdos.

Nos construyo en mis pensamientos.

Tú y yo somos uno.

Y sin embargo, nunca estás en mis sueños.”

El Mirante.

Era objeto de discusión frecuente en los jardines y mentideros de la sagrada colina de Kor, llegándose en más de una ocasión a duros y enérgicos enfrentamientos, llenos de gritos y aspavientos, todo en acuerdo a los acendrados usos y costumbres del excelso arte de la guerra…dialéctica, claro. Aquí en la tierra, lo denomino transmetafísica, la ciencia de la realidad; para intelectuales ontología o estudio del ser; para nostálgicos, metafísica; para físicos, simplemente física. Engloba un variado campo de indagaciones sobre todo o el todo según algunos e incluso, paradójicamente, sobre la nada. En esencia, incluye todo intento de responder a preguntas del tipo más holístico imaginable.

Bien, sería demasiado largo de contar la evolución e historia de este debate allí en Kormelia e incluso sería demasiado largo de contar, la más breve historia del asunto aquí en la tierra. Por ello, me ceñiré a exponer la más aceptada de las corrientes transmetafísicas kormelianas. Para quien quiera una síntesis reducida de la misma remito a la cita inicial de esta entrada que recoge, al menos, su esencia.


Los kormelianos, en este asunto, partimos de ciertos principios básicos:

  1. La realidad es real.
  2. Lo real es lo que existe.
  3. Lo que existe es aquello que puede ser percibido o dicho de otro modo más clarificador, forma parte de un sistema de intercambio de información.

De estos “simples” principios deducimos que el todo no es sino la suma de toda la información posible. Lo cual, entre otras cosas, nos índica que la nada está incluida en el todo (pues su esencia es la falta de información lo que es en sí misma, una información) y por tanto no ha lugar a debates sobre limites globales. Sin embargo, han sido los limites el campo de batalla principal en la ciencia transmetafisica y de hecho, al menos aquí en la tierra, siguen siendo el centro de todas las controversias. En Kormelia hace tiempo que se superó este escollo, reconociendo que los limites, en cualquiera de sus formas: geométricos, matemáticos, físicos son contenedores conformadores de información. Son las piezas básicas de los diversos sistemas referenciales que conforman la realidad. Imaginemos un ejemplo para entender dicha cuestión. Tomemos una carta entre dos amantes y pensemos cuanta información hay en ella: tenemos la carta en su conjunto, palabras, letras, espacios en blanco, tinta, papel, olor, elementos químicos, energía pero también sentimientos, secretos, verdades…mentiras, etc. No obstante hay entorno a esta cuestión un tema espinoso que ni siquiera los kormelianos fuimos capaces de responder nunca ¿existe un limite al numero de limites definibles? Si amigos, la terrible cuestión…¿Qué es el infinito?¿Existe? Un viejo maestro me dijo, justo antes de que le echará a patadas de mi casa ¿acaso importa? Otro susurró, es Dios y compadecido, le invite a marcharse. Y un último, me dijo que quizás era la expresión matemática del concepto de la nada… hoy somos íntimos amigos. Si, quizás sea el reverso tenebroso del humilde cero. Eso cuadraría el círculo, la nada dentro del todo. El verdadero vacío dentro del espacio. El ilimitado limite de los limites. El secreto de la creación si es que este existe.

En la próxima ocasión, descenderemos de la transmetafísica a la física donde las ideas aquí recogidas se conforman en contenedores algo más familiares para los terrícolas. Dejaremos atrás la posible infinitud de la realidad, para compartir con vosotros las dos principales hipótesis kormelianas sobre este inmenso contenedor de información que llamamos cosmos.

jueves, 18 de agosto de 2011

NEFELIBATA





El Niño Dios camina solo jugando sólo con sus manos y tu corazón.

Sonríe y canturrea, despistado en su creación.

Nefelibata lo vigila, escondida entre flores y besos, caricias y mariposas de infatigables alas, jóvenes y eternas.

Mi dulce Nefelibata y sus hermosos pensamientos en los suspiros se mecen, desde que el sol moribundo nos abandona hasta que retorna de la mano de su tierna aurora de rosáceos dedos.

El Niño Dios camina sólo jugando solo con tus manos y su corazón.

Nefelibata y sus ojos de estrellas absortos contemplan su inmensidad, lejos de la nada de los mortales.

¡Cómo baila mi traviesa amada en los brazos serenos del olvido, en los mágicos círculos de la ingenuidad! Gira y avanza y no cesa, amable con las ausencias y su pura inocencia nos desvela.

El Niño Dios sólo se aburre y solo se consume su paciencia.

Nefelibata y sus ardientes pasos sobre los maltrechos huesos de Madre Tierra, aún más lejos de las almas inmortales.

¡Cómo la envidiamos los hombres! Aletargadas nuestras fierezas desde los antiguos bosques umbríos, atrapados en el malhadado sortilegio que nos hechizó, bajo la tiranía nefanda de la Reina del Pesar. Aquella que en la perdida tierra de piedra y agua donde la luz nos dio la vida, se deleita atesorando, maravillas y secretos, robados por sus crueles númenes, con absoluta indiferencia.

Y sin embargo, lejos de allí, en la gozosa celebración de cada día, sonríe y canturrea, mientras danza y avanza, en vigorosos giros sin sentido, nuestra añorada Nefelibata.

Él nos dejó con relativa pena en su corazón y medio vacío en nuestras manos.

Y ella nos soñó, desde sus caras moradas, más altas que los cielos, en los mares abundosos de allá arriba, en sus desafiantes esferas, aleteando eternamente entre sus flores, sus besos, sus caricias…

¡Quien a tus pies reposara¡ ¡Quien la música de tu danza compusiera! Tú, la mas bella, la mas deseada, la mas amada, mi inmortal Nefelibata.

viernes, 20 de mayo de 2011

La Cueva De Ladrones



Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina.

Marcos 11,15-19

Recuerdo que fue hace unos miles de años, estaba observando un grupo de monos curiosos, conformaban una partida de caza, estaban exultantes, media docena de bisontes yacían muertos, comida suficiente para todos los miembros de su comunidad. Al regresar con sus congéneres, la comida fue repartida: comieron los guerreros, comieron los dioses y sus bocas, comieron sus“ancianos”, comieron sus mujeres y comieron sus hijos, todos se hartaron y todavía quedaban cinco de los seis bisontes…Habiendo observado en otras ocasiones como la carne acababa siendo devorada por los gusanos, uno de ellos, no demasiado buen cazador, ciego y sordo ante los dioses y poco hábil en la talla de útiles, cavilaba a trompicones. Siempre temeroso de volver a tener hambre, poco respetado entre los suyos, demasiado cerca de la nada. Su necesidad le empujaba, buscaba una forma de cambiar su suerte. Había observado como las hembras favorecían a los machos capaces…A veces caminaba a solas, alejándose del asentamiento y en uno de esos “viajes”, no más lejos del cercano valle anejo al suyo encontró a otro grupo de monos curiosos y entre ellos a otro como él, no demasiado capaz…Entre ambos surgió la camaradería de la desdicha y el temor, la forma más primitiva y endeble de amistad. Imaginando lo que habría de suceder pero siempre inquieto por la insaciable curiosidad, le seguí en la noche, en el viento agitado por las tristes alas del destino. Hablaron largamente, en la simplicidad de su lenguaje, el mono incapaz llevaba un trozo de carne, haciendo suyo el éxito de los cazadores y su amigo comió ávidamente. Agradecido, éste le regaló su excelente cuchillo. El valle anejo era escarpado, había buenas rocas y algunos peces pero los únicos cuadrúpedos disponibles eran malhumoradas y esquivas cabras. La luna se ocultó tras una nube y un pensamiento iluminó las sombras de la mente de nuestro mono, desde entonces, ya no tan incapaz. La expuso a su “amigo” y ambos las expusieron ante sus clanes.
La noche siguiente, entre luz y tinieblas, nació el comercio.
Chimp Adam Smith, ejemplo de evolución dudosa.

Y en verdad, no fue mala cosa y yo, me regocijé. Esos monos fueron poco tiempo después hombres y mujeres y su número medró y algo tuvo que ver en ello, no cabe la menor duda, todo aquelllo del invento del comercio.
La compleja historia de aquellos hombres y mujeres puede contarse de muy diversas formas, abordarse desde muy diversas perspectivas. Lo que viene a continuación es uno de esos enfoques, podría definirlo como antropología funcionalista. Según esta perspectiva todos los humanos por condicionamiento cultural y genético pueden ser agrupados en varias clases o tipos funcionales. Naturalmente, esto no es sino un modelo, una simplificación y los individuos reales, dada su complejidad, no se ajustan estrictamente al modelo. Los grupos definidos son: campesinos, nobles, filósofos, artistas y mercaderes. El relato anterior fabula sobre la aparición de los mercaderes pero es evidente que las tendencias y funciones de estos modelos surgieron de un modo progresivo, generalizado e inextricablemente unido. La historia antropológica funcionalista define la evolución de las sociedades humanas como los cambios asociados a las esferas o ámbitos funcionales vinculadas a dichos tipos, modelos o tendencias humanos y como los cambios asociados a las diversas relaciones entre dichas esferas. Las esferas y el tipo de individuo que los fundamentan son: productiva (de los campesinos); normativa (de los nobles); ideológica (de los filósofos); comunicativa (de los artistas); del intercambio (de los mercaderes). El devenir y hasta el momento exitoso, curso evolutivo de la especie, viene definido por la dinámica adecuación y el equilibrio de la organización política de dichas esferas a las circunstancias dadas en un tiempo y lugar determinados. Cuando en una sociedad esta organización es ineficaz, evolutivamente hablando, generalmente debido a desequilibrios de poder entre los diferentes ámbitos o a una inadecuada relación o función de las esferas para unas circunstancias dadas, se produce una crisis social. Fruto de esta puede surgir una nueva sociedad o en casos extremos de inadaptación, una extinción social. En otras entradas hablaré con más detalle de todos los conceptos anteriores.

Según mi modelo y para ilustrarlo con un ejemplo, nos encontramos, por primera vez a nivel global, como especie, en una crisis del tipo mencionado. Tras la Segunda Guerra Mundial y el ocaso del mundo comunista, una de las esferas, la del intercambio en sus formas modernas, ha acaparado la mayor parte del poder político. Un tipo de humanos, los mercaderes han domeñado y sojuzgado, mediante el control de la economía, a todos los demás. Ha sido un proceso largo (mas de 50 años aunque sus orígenes pueden rastrearse hasta, al menos, finales del siglo XV) y complejo pues se extiende a todas las esferas sociales anteriormente nombradas. De hecho, es un proceso aún no culminado pero tan bien fundamentado que bien pudiera ser muy duradero.

Enunciemos, brevemente, algunos de sus principales hitos para cada una de las esferas señaladas:

1) Esfera productiva:

  • Control, determinación y ubicación de los medios productivos.
  • Degradación del nivel cultural de la mayor parte de la población.
  • Construcción de una mentalidad e ideología general favorable al sistema (globalización cultural).
2) Esfera normativa:

  • Control y regulación de los estados nacionales.
  • Control económico e ideológico de las clases dirigentes.
  • Predominio y conformación de ámbitos transnacionales para impedir la diversidad ideológica y la libertad en la regulación social (globalización normativa).
3) Esfera ideológica:

  • Desvalorización social.
  • Desprestigio de la Ideología (globalización ideológica).
  • Desacralización y desprestigio de la religión.
4) Esfera comunicativa:

  • Control de los medios de comunicación.
  • Dominio económico de la cultura y de los artistas.
  • Desideologización del arte.
5) Esfera del intercambio:
Lacayos y sicarios de los actuales gobernantes del mundo.
  • Consolidación de los oligopolios.
  • Opacidad de las actividades económicas.
  • Predominio en la economía de las actividades financieras, especulativas y distributivas sobre las actividades productivas.
Sin embargo y a pesar de tan ominoso panorama, el monopolio político de los mercaderes no es total. La evidencia de su inadecuación como sistema de organización social surge ante su incapacidad para afrontar y solventar los retos evolutivos a los que nos enfrentamos. Basten nombrar algunos: la evolución demográfica; la limitación de recursos estratégicos; la radical y creciente desigualdad en las condiciones de vida, tanto en un mismo lugar como entre lugares diversos; y la demostrada, vulnerabilidad e inestabilidad de la economía en este nuevo orden mercantil. Y esta incapacidad orgánica para la adaptación podría ser el germen de su ocaso. De hecho, este ocaso solo podría evitarse mediante el control físico, total, de todos los demás miembros de la sociedad pero ¡cuidado! los avances científicos hacen de esta una posibilidad factible en no mucho más de otros 50 años.
Según mi modelo, estamos en el principio de la primera crisis social global de todos los tiempos, debemos ser conscientes de ello. Como se resuelva, no solo afectará a los vivos sino a todos y cada uno de sus descendientes, es más que una crisis social, es una crisis de especie. Comenzó con la Segunda Guerra Mundial, continuó con la Guerra Fría y ahora estamos en su fase decisiva. El mundo de mañana y el mundo de dentro de 20 años se está configurando hoy. Y todos y cada uno de nosotros, con nuestras acciones u omisiones participamos en su hechura. Nadie puede saber que ocurrirá, no os dejéis engañar, pensad por vosotros mismos, aprended y actuad, si queréis…tenemos enormes posibilidades pero si no colocamos a los mercaderes en su sitio, en sus mercados, a prudencial distancia del gobierno, de la cultura, de nuestras mentes, nada bueno nos puede pasar...recordad Atenas, recordad Fenicia, Cartago, Roma, mil años de oscura edad media y tantas otras…siempre que unos pocos han tenido todo el poder el resultado ha sido la miseria un doloroso desastre.

Hoy el mundo es una cueva de ladrones, eso es cierto. Y ningún hombre va a expulsarlos en nombre de Dios.
Pero yo nunca olvidaré que aquel que invento el comercio quizás no fuera tan incapaz pero sin la fuerza y el valor de los cazadores, la sabiduría de los ancianos, el beneplácito de los dioses, las habilidad del tallador de flechas y el vientre de las mujeres no sería nada.

¿Qué tipo de "mundo feliz" prefieres?

miércoles, 16 de marzo de 2011

El tiempo.

Se muere callado el tiempo entre suaves murmullos de torrentes lejanos.
Crecen las lunas y sus flores e iluminan tenuemente valles cansados.
Se muere callado el tiempo entre dulces arrullos de mares tranquilos.
Se extienden las conchas y sus perlas de plata e irradian puramente en calas perdidas.
Se muere callado el tiempo entre mis dedos rasgados, patéticos, intentan persuadir a la esquiva dama ceñida con los relojes de las almas y sufren mis ojos por sus vanos esfuerzos.
Se muere…
¡Se muere! Gritan los segundos, los minutos y las horas, los días, las semanas y los meses, los años, los siglos, los milenios y yo.



Si fuera posible, empezaría por el principio. Si fuera posible, gritaría con voz clara, resonante, tranquilizadora… pero no es posible. Solamente puedo musitar mi firme convicción: el tiempo no existe, más allá de la convención de sus medidas, de la relatividad mensurable dada por la finitud de la escala. Y quizás, sea su inexistencia la razón por la que cualquier intento de explicar la realidad como un todo resulta fútil para los humanos.
Los malos científicos, una gran mayoría me temo, aún peores filósofos, afirman y teorizan, llenos de soberbia e ingenuidad, respuestas humanas a problemas universales y, naturalmente, fracasan. No obstante, la parte de verdad que toda falacia tiene aporta un debatible utilitarismo a sus ideas y en base a ello obtienen la legitimidad que tanto estiman. No estoy en contra de los científicos, ni aún de los malos, son hermanos pródigos, niños soñando, filósofos fallidos, sangre sucia de Kormelia. Según la mayoría de ellos el universo comenzó en una gran explosión de donde nacieron el espacio y el tiempo, precisan incluso el momento en que esto ocurrió, hace 13,7 miles de millones de años. En mi opinión y para librarnos de las trampas del lenguaje, sería mejor entender el tiempo como movimiento, así podríamos decir, como aquel filosofo griego mediocre…Aristóteles…en uno de sus escasos momentos de brillantez, que el universo empezó cuando algo empezó a moverse…Lo cierto es que esta afirmación solo tiene sentido desde la perspectiva de un observador integrado en el universo y que además, disponga de una capacidad perceptiva adecuada. Esto, en definitiva, es el relativismo desde un punto de vista filosófico. Curiosamente, tanto Aristóteles como Einstein (padre de la sobrevalorada teoría de la relatividad, cosas de la psicología social) compartían un discurso auto aniquilador de sus principales convicciones. Efectivamente, ambos pretendían explicar el universo como un absoluto mediante unas teorías relativistas, evidentemente, así las cosas, ambos fracasaron. Para salvar los trastos, Aristóteles y los científicos actuales, aunque les pese, echan mano de la metafísica. El primero, desarrolló su idea del motor inmóvil, un artilugio conceptual para evitar nombrar a dios, algo terrible para cualquier filósofo griego y aún más para él, uno de los más presuntuosos entre ellos. Este motor, este dios, contenía en su propia definición y atributos la respuesta a todas las preguntas que el filosofo era incapaz de responder. Toda cuestión o concepto incómodo, todo lo inmensurable: la eternidad, la inmutabilidad, la causalidad primera se endilgaban al dichoso motorcito y arreglado el gran problema del principio universal. Por su parte pero de un modo similar, los científicos modernos, atenazados por sus propias debilidades e intereses, sostienen, en su mayor parte, argucias técnicas para justificar la inconsistencia filosófica de sus teorías o simplemente eluden el problema. Se escudan en incongruentes definiciones de los limites y naturaleza del conocimiento científico, forzando la separación entre ciencia y filosofía, algo tan absurdo como tratar de desligar cuerpo y mente. No dudan tampoco, en afirmar la legitimidad, léase autoridad, de sus teorías mediante principios funcionalistas, fundamentados en presupuestos e interpretaciones sesgadas y a veces, ingénuas, de las teorías e ideologías filosófico - políticas de los siglos XVIII y XIX. Con esta clase de argumentos, reforzados por la consolidación de la ciencia y sus agentes en diversos grupos de poder, sólidamente vinculados mediante la alianza, más bien el vasallaje, a los grupos de poder económicos dominantes, se construyen gigantes con pies de barro, se construyen “verdades” y paradigmas como la teoría del Big Bang o la teoría de la relatividad que, paradójicamente, constituyen obstáculos al progreso del juego de monos que llamamos conocimiento.
Afortunadamente, la progresiva democratización de la ciencia, entre otros factores, favorece la disensión que ha sido siempre, una de las principales fuentes de progreso humano.
Volviendo a las teorías del Big Bang y la Relatividad, para la comunidad científica establecida no tiene sentido hablar de un tiempo antes del tiempo, ni de un lugar antes del espacio. Tampoco puede definirse un limite del universo, espacialmente hablando aunque si temporalmente (el universo parece tener fecha de caducidad) lo cual resulta sumamente extraño si consideramos que tiempo y espacio no son sino dos aspectos de una misma "realidad", el movimiento. Las incongruencias y debilidades de la teoría tradicional del Big Bang me hacen creer que es, en gran medida, una teoría no ya incompleta sino con grandes errores. Afortunadamente, hay un creciente número de “buenos” científicos que ante el callejón sin salida al que conducen los paradigmas existentes, exploran nuevas formas y teorías que satisfagan nuestra necesidad de conocimiento. Estas nuevas ideas son numerosas, variadas y complejas, hablaré de ellas en posteriores artículos, sin embargo, la mayoría de las mismas, ante el temor a la censura oficialista parten, a mi modo de ver, desde perspectivas especulativas demasiado limitadas por los paradigmas oficiales. Personalmente, no creo posible explicar algo como el universo únicamente a partir de la observación de sus partes, nos movamos en la escala en que nos movamos. Opino que para poder hacerlo, deberíamos ampliar nuestra perspectivas, logrando una observación extrínseca del mismo o bien la observación de otros universos (estoy convencido de que los hay) o al menos, la observación de las interacciones entre nuestro universo y esos otros posibles universos. Para conseguir dichas observaciones quizás lo más fácil, relativamente hablando, sería “crear” o “desplazarse” a un espacio y un tiempo alternativos que nos permitiese “movernos” respecto a nuestro universo. Este “movimiento” nos permitiría valorar los paradigmas actuales de una manera eficaz, respecto a las preguntas fundamentales que tratan de responder. No tengo ni la menor idea de cómo crear un universo de observación. Se aceptan sugerencias. Aunque según la ciencia actual ha de ser posible, ocurrió hace 13.7 miles de millones de años. Quizás alguien estaba tratando de ampliar sus conocimientos…
A pesar de todo, me temo que si un día lo lográsemos no nos libraríamos del insidioso motorcito, habría que preguntarse por ese multiverso…y quizás por un multi – multiverso y si siguiera la progresión ¿cual sería la solución a nuestra ecuación más básica?

velocidad = espacio / tiempo = infinito / eternidad = ¿0? ¿∞?

¿Un cosmos en un continuo estatismo de infinito dinamismo relativo o un mero infinito dinamismo?El viejo Parménides estaría encantado…y Heráclito, el rey de los filósofos, su acérrimo antagonista…también…pero para todos los demás, sería duro saber que sin tiempo y todo el tiempo, nada y algo son lo mismo. Ningún humano puede comprenderlo ni mucho menos asumirlo, demasiado para estos monos ¿lo comprenderán los metahumanos?. Solo el tiempo puede decirlo, el tiempo…paradójico ¿no?.